miércoles, 7 de noviembre de 2012

Reconocimiento a su hazaña

Varios autores, como Amado Nervo han escrito poemas en su honor. El más popular es "Los Niños Mártires de Chapultepec".



Como renuevos cuyos aliños
un viento helado marchita en flor
así cayeron los héroes niños
ante las balas del invasor
  Poema completo aquí.

Después de su muerte



 Murió a los 14 años con cinco meses de edad.
El 25 de marzo de 1947 el general Juan Manuel Torrea y el entonces coronel Manuel de J. Solís de acuerdo con un plano y la versión verbal del general Manuel Plata, que había sido subdirector del Colegio, descubrieron los restos de los Niños Héroes en el Bosque de Chapultepec, en un lugar próximo a los cuatro hermosos sabinos llamados “Ahuehuetes de Miramón”. El hallazgo se hizo con personal y fondos de la Secretaría de la Defensa Nacional por órdenes del General Gilberto R. Limón.



El 9 de septiembre de 1947, por decreto del Congreso de la Unión, se reconoció oficialmente que esos restos pertenecen a quienes la tradición popular señala con la designación simbólica de Niños Héroes de Chapultepec. Los restos se guardaron separadamente en la Sala de Banderas del Colegio Militar en urnas de cristal montadas en armazón de plata maciza, hasta el 27 de septiembre de 1952, en que durante una solemne ceremonia oficial se depositaron en el Monumento a los Niños Héroes (obra del arquitecto Enrique Aragón Echegaray y del escultor Ernesto Tamariz), al pie del cerro donde culmina el Paseo de la Reforma.


martes, 6 de noviembre de 2012

Sus hazañas




 Una nota puesta en su expediente dice: “Muerto por defender a su Patria en su puesto de centinela, el 13 de septiembre de 1847. Marcó el alto a los asaltantes, que continuaron avanzando. Mató de un balazo a uno de ellos e hirió de un bayonetazo en el estómago a otro, y fue muerto en su puesto luchando al arma blanca. Fue muerto por su bravura, pues su juventud hizo a los asaltantes vacilar en su ataque, hasta ser atacados por él.”





José T. Cuéllar así narró lo sucedido: “El alumno Suárez era delgado, nervioso y de constitución delicada pero de mirada viva y de ánimo resuelto. Desde que comenzó el asalto, el fuego de fusilería se generalizó por todas las líneas. Yo me mezclé de mi orden en un pelotón de soldados del batallón de San Blas y me puse con ellos a hacer fuego en el pasillo o glorieta semicircular del mirador. Después de haber agotado el parque de mi cartuchera, una detonación sobre mi cabeza me hizo volver la cara: el enemigo estaba a cinco pasos. En ese momento vi correr a Suárez con su pequeño fusil en la mano, a tiempo que el primer estadounidense bajaba la escalera. Suárez subió a su encuentro y con formidable golpe atravesó al enemigo por el estómago”.

Su vida....

Vicente Suárez Ferrer, nacido en la ciudad de Puebla el 3 de abril de 1833, hijo del 1er ayudante de caballería comandante de escuadrón Miguel Suárez y de María de la Luz Ortega.



 
Presentó su solicitud de ingreso al Colegio como cadete el 21 de octubre de 1845 e ingresó en noviembre del mismo año con doce años y medio de edad. Pudo entrar a esa edad porque los hijos de militares eran aceptados desde los 12 años a pesar de ir en contra de las reglas del Colegio.